15 ago 2010
Emir Olivares Alonso
Periódico La Jornada
Domingo 15 de agosto de 2010, p. 14
A diferencia de otras épocas, el adolescente de hoy está más solo, aislado, desconcertado, confundido y lleno de preguntas que no encuentran cauce, lo que hace que se pierda e incurra en conductas negativas, advirtió la doctora Amada Ampudia Rueda, de la Facultad de Sicología de la UNAM...
Para Ampudia Rueda el gran problema es que los adolescentes no se sienten relacionados con nada fuera de sí mismos, y esto los lleva a tomar dos caminos: la inhibición extrema o la adopción de pautas y patrones de violencia, es decir, pueden optar por la inhibición o la desinhibición.
Ambas conductas –dijo– son diferentes, pero entrañan riesgos. Los que rehúyen el contacto social tienden a presentar alteraciones y a generar problemáticas particulares, y para muchos es fácil caer en este escenario por los avances tecnológicos, que permiten acceder a realidades virtuales y relaciones mediadas por una computadora.
El que opten por conductas hostiles se explica porque “los jóvenes fácilmente se identifican con modelos cargados de agresión y con personajes que, por medio de ésta, obtienen poder y control, algo que han deseado siempre”.
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